viernes, 18 de mayo de 2012

Un dia, un aprendizaje que ayuda a crecer...

Hoy despedi a un amigo de mi padre que son sus mas de noventa, se mudo a vivir a lugares mas tranquilos y a reencontrase con sus amigos, entre ellos, mi viejo. Mientras estaba despidiéndolo me crucé con una persona que meses atrás, y ante la pérdida de una persona también muy querida para mi (un familiar directo), decidio no acompañarla en su partida (y en consecuencia no acompañar a sus familiares, entre ellos a mi)  a pesar de conocerla hacia muchisimo mas tiempo.
No voy a negar que me dolio, me entristecio, me entristecio profundamente que no haya podido dejar de lado su orgullo, o ciertos malos entendidos que me parece que en momentos limites como es la muerte, hay que hacerlos a un lado. Es una persona que se precia de ser muy creyente. catolica y religosa practicante.
Lo que mas me impresionó no fue su sorpresa al verme, sino mi paz. Yo senti paz. Paz por estar haciendo lo que quería, lo que yo sentia que era despedir a ese amigo querido para mi viejo.. No hice reclamos, no recrimine, no dije una palabra solo me limite a estar, compartir un rezo y despedir a quien fue un amigo importante para mi viejo.
Senti que honre la memoria de mi papa al no reaccionar, al no enojarme, al dejarlo fluir...alla ella con su vida su historia,su conciencia. Yo estuve, y pude despedirme y perdonar sin juzgar.
Y me sentí bien...
Y quería compartirlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario